El cáncer contra el que luchó Karla Luna
- millennialnuevolar
- 30 sept 2017
- 2 Min. de lectura
El cáncer de matriz o cervicouterino es un tipo frecuente de cáncer en mujeres, y consiste en una enfermedad en la cual se encuentran células cancerosas (malignas) en los tejidos del cuello uterino.
Este tipo es la primera causa de muerte por cáncer en mujeres de 25 a 64 años de edad y el tercero en mortalidad relacionada con los tumores malignos en la población en general, de acuerdo con información del Instituto de Salud del Estado de México.
Esta es una enfermedad inicialmente silenciosa que empieza creciendo lentamente; antes de que aparezcan células cancerosas en el cuello uterino, los tejidos normales del éste pasan por un proceso conocido como displasia, durante el cual empiezan a aparecer células anormales precursoras del cáncer, que no causan molestias; sin embargo, cuando se realiza la prueba de manera oportuna es posible detectarlas y dar el tratamiento necesario. Estas lesiones no necesariamente evolucionan a cáncer.
Manchas de sangre o sangrado leve entre o después de la menstruación, sangrado menstrual que es más prolongado y abundante que lo habitual, sangrado después del coito, el lavado genital o el examen pélvico, dolor durante las relaciones sexuales y mayor secreción vaginal son algunos de los síntomas de esta enfermedad.
Existen muchas interrogantes sobre la causa del cáncer cervicouterino, actualmente se ha observado que el 99% de los canceres están relacionados con la infección por virus del papiloma humano (VPH), la cual es una infección de transmisión sexual muy común, que puede producir lesiones en el útero.
Delia Cisneros, ginecobstetra del Hospital San Charbel de Matamoros, señala que este tipo de cáncer se puede prevenir si se realiza oportunamente el papanicolau: “Esa es una prueba diagnóstica que detecta alteraciones en el cuello de la matriz, tanto alteraciones sencillas como una infección hasta cambios en las células del mismo cuello, que son lesiones precancerosas”.
En esta prueba se raspa suavemente el cuello uterino; este examen es el más utilizado en el mundo desde hace 30 años y no es doloroso.
“A medida que se ha ido encontrando cáncer en pacientes más jóvenes e incluso en pacientes sin vida sexual, se recomienda el primero a los seis meses de vida sexual activa y a los 25 años, si no han iniciado vida sexual”, afirma Cisneros.
La prueba del papanicolau no tiene costo y puede realizarse en centros de salud.

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